20110608

La Increíble Historia de La Vaca Pelada

Desde niño, siempre me he sentido fascinado por las historias. Puedo decir que mi abuela cuenta unas muy buenas. A veces deja algunos huecos en la trama, ya que no es una experta en narración, pero eso no las hace menos atractivas e increíbles. Podría relatar todas y cada una de ellas, pero este día les hablare de una muy especial que se grabó en mi memoria y de cierta forma me ayudó a forjar mi personalidad y a hacerme un hombrecito hecho y derecho.

"La Increíble Historia de La Vaca Pelada"

Hace algún tiempo, en un pueblecito sin nombre, vivía un hacendado multimillonario, que debido a su personalidad agradable y colaboradora, era llamado "Juan, el amable" y era querido por todos en el pueblo. Tenia una esposa que lo ayudaba con sus cuentas y administraba su dinero. Juan y su esposa eran muy unidos, y para tener toda una vida de casados, nunca se les vio discutir por nada. Una tarde de otoño, Juan el amable se enfermó de una enfermedad extraña y falleció a los 9 días. Todo el pueblo lloró a Juan.
Un año después de su muerte, la viuda, viéndose sola, y con tanto dinero, no quería pasar el resto de su vida (que probablemente seria poca) sola, y decidió buscarse un nuevo marido. Al día siguiente llamó al capataz de la hacienda, un joven muy responsable llamado Julio, que cuidaba la hacienda como si fuese suya desde hace algo más de 5 años. La Viuda le dijo al muchacho que se sentía sola, y que la hacienda podría caer en desgracia si no había un hombre encargado de ella, y que se le necesitaba como algo mas que un simple capataz, le dijo que se casara con ella.
Julio, asustado le dice.
-¡Señora! ¿Como usted me pide eso? Usted sabe muy bien que quiero esta hacienda tanto como a mi vida, pero no puedo hacer eso, el señor Juan confiaba mucho en mi. Además ¿Que dirá la gente?
La viuda le dice a Julio que vaya al campo y le traiga una vaca. Luego le pidió que la afeitara completamente. Una vez hecho esto, le ordenó que diera un paseo por la calle principal del pueblo, pero que llevara a la vaca pelada. Ida y vuelta. Y que no hablara con nadie.
-Bien Julio, ¿Y que paso?
-Señora, llevé la vaca al pueblo, como usted me lo pidió, ¡había mucha gente! ¡Mucha gente! todos comentaban, y se preguntaban acerca de la vaca, pero como usted me lo dijo, no hablé con nadie.
-Bueno, mañana harás lo mismo, y cuando regreses me vienes a contar como te fue.
Al día siguiente Julio se va al pueblo llevándose a la vaca, y se encuentra con mas gente aun, todos parados a la orilla de la calle, viendo la vaca pelada y hablando acerca de aquella cosa extraña. Y como se le ordenó, Julio le contó todo lo que vio a la señora de la hacienda.
-Bien, Julio, harás esto, todos los días durante un mes llevarás la vaca al pueblo a la misma hora, y no responderás las preguntas de nadie . Pero esta vez no me contarás nada hasta que pase un mes a partir de hoy.
Y el mes pasó, y Julio llevó la vaca al pueblo todos los días como se le ordenó. Pero cuando fue a hablar con la señora...
-Señora, ya pasó el mes, y he venido a contarle. ¡El primer día había mucha gente! ¡Mucha gente! todos miraban a la vaca. Hombres, mujeres y niños, todos hablaban acerca de la vaca. Pude escuchar como se preguntaban los unos a los otros, y como nadie sabia, se inventaban historias extrañas acerca de eso. Y así fue la primera semana. En segunda semana se veía bastante gente, y algunos daban por sentado algunas de las historias inventadas. La tercera semana solo algunos veían la vaca, ya no le prestaban atención. Y ya para la cuarta semana, nadie le prestaba atención a la vaca, todo el mundo se comportaba normal. Como si la vaca no estuviera allí.
-Julio, así es la gente, cuando ven algo que cause polémica, empiezan a hablar de eso,  pero a medida que pasa el tiempo, dejan de hablar. Así que no te preocupes por lo que diga la gente. Las palabras de las personas ajenas a tus problemas, no tienen importancia.
Así, pues, al día siguiente, Julio se casó con la viuda, y vivieron en la hacienda algún tiempo, hasta que la señora murió, y Julio... Ya esa es otra historia... 
Y esa es la historia de la vaca pelada...